Constantino no aceptaba otra autoridad más que la suya, y recurría a medidas violentas para hacerla obedecer. Se puede dar un ejemplo de esto,Los obispos cristianos denunciaron esta doctrina, con razón, como una horrible blasfemia; Arrio y sus seguidores fueron excomulgados por la iglesia, y la posesión y difusión de sus escritos fueron declaradas pecados capitales.
Esta época terminó cuando Constantino proclamó el Edicto de Milán (313 D.C.) el cual reconoció al cristianismo como una religión (como una religión legal-mente aceptada).
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